Definir el desmoronamiento como una transición entre el pasado y el devenir. Un colapso donde la mirada humana, la piedra materia de la naturaleza y la tecnologización se reconfiguran en un nuevo orden de prioridades y jerarquías. La alarma de aquella disputa, la sonoridad de persecución y conflicto, el acecho. El instante de mutación no logra ser unidad, simple y legible. Señalar por medio de la sobreposición la fragilidad, la confusión, la fuga de la carne que late como la luz y se quiebra como una montaña asentada entre dos placas tectónicas convergentes.
1 minuto, efímero y tenso, como una mirada que elige su rumbo. Una superposición de realidades simultáneas que tejen un nudo sin accidente. 
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